Fernando Gracia Ortuño

Noticias, eventos y curiosidades en torno a la novela de Fernando Gracia Ortuño

martes, 27 de agosto de 2013

La dignidad del héroe

Es un dilema el que la voz del narrador en las novelas negras tenga que ser la del que se va haciendo conocedor de la psique criminal. Como una especie de Cicerón por un viaje a los infiernos, nos relatará sus averiguaciones y sorpresas a lo largo de su aventura, topándose de pleno en más de una ocasión con el rostro de la maldad que deberá desentranñar del lado oculto para dejar el blasón en alto de la justicia.

El mal entonces se codeará de tú a tú con el lado bueno del espíritu humano, el de la justicia y el bien, pero no sin dejarle mellas en este encuentro trágico y definitivo.

Es el mito del héroe que ha de superar muchas pruebas que pondrán en peligro su vida a fin de encontrar su camino y salvar su vida del sinsentido de la existencia soportando la losa que le oprimiría de por vida si no lo hiciera.

Ha de ganar el amor, la estabilidad, llegar a su hogar con el deber cumplido.

Por eso frases del estilo de "Cuanto más noble y buena es un alma, tanto menos piensa mal de los demás", no van con él, porque esa es la tontería y la desidia del indiferente y acomodaticio, del burgués para el que todo está bien como está en el mundo, y no hace falta cambiar nada.

No, el héroe de novela negra, buscando hacer justicia, reivindicando el honor de su propia dignidad como ser humano maduro y consciente del lado criminal y salvaje del alma humana, luchará, mejorará, se dejará la piel por la vida del inocente que trata de rescatar de las garras de su presa, tal como tal vez las familias de cro magnones luchaban con las fieras con las más afiladas armas para rescatar a sus propios hijos de la muerte.

Por tanto, cuando consideremos al detective o al protagonista de la novela criminal, siempre y cuando se trate del héroe en primera persona, y no desde el punto de vista del criminal, que también hay novelas del género, pensemos que se trata de una especie de búsqueda, investigación y descubrimiento de algo que por lo general nadie realiza, sino él, y no lo juzguemos por su capacidad de conocimiento del mal. Conoce el mal como el criminalista conoce al objeto de su estudio científico: el delincuente, el criminal.

Pero no es como él, lo combate nada más, para salir victorioso en la lucha por la dignidad del ser humano.

Fernando Gracia Ortuño
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domingo, 18 de agosto de 2013

El muro infranqueable

Según Errico Malatesta el hombre es el producto de la sociedad y la sociedad a su vez el producto de la acción del hombre. Entonces en la novela "Un detective en la cocina" los personajes serian a la vez fruto de esta "cocina", y el ambiente de la misma la consecuencia de la acción de aquéllos. Como un funesto pez que se mordiera la cola, este círculo vicioso seria entonces el origen de la tragedia y el mal al mismo tiempo. Sin embargo algo me dice que lo que los personajes llevan dentro de serie lo volverían a reproducir en cualquier otro ambiente. Es por eso tal vez que los patrones universales de la novela negra y de los personajes traspasan siempre el canon circunstancial y se adaptan a cualquier lugar. Tiempo y circunstancia permiten que los hombres siempre interactúen con su medio, transformándolo y dejándose a su vez transformar. En la novela negra el muro que representa lo irracional es siempre más macizo e infranqueable.

Fernando Gracia Ortuño
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La originalidad en la creación

Lo bueno que tienen las películas de mala calidad es que se convierten automáticamente en parodias del género que pretenden seguir, o incluso de la película concreta que emulan con escaso éxito.

Hace poco vi una de las miles de películas sobre exorcismo y aunque pretendía seguir y plagiar al pie de la letra la primera de la larga lista de películas sobre posesiones demoníacas, lo único que consiguió es que me estuviera riendo durante las dos largas horas sobre el inútil intento de plagiamiento descarado de "El exorcismo". Lo malo de ser un plagiador es el ridículo, lo bueno, pues, la risa.

Cuando la risa en una novela nos asalta por esta serie de cosas resulta bien patético, porque como ya sabemos, segundas partes nunca fueron buenas, y más si son de otros autores.

Por eso, como siempre digo y aconsejo, mejor escribir, como decía Cervantes, sobre lo que conoces bien. Bueno, creo que lo dijo Cervantes... No se puede escribir sobre lo que te ha gustado mucho, de otro.

Escribe sobre lo que sabes y conoces bien, lo que ha hecho que durante meses o años hayas estado acumulando conocimientos de toda índole.

"Un detective en la cocina" es un ejemplo de lo que yo he vivido en primera persona, y aunque la voz que narra en este caso no es la mía, mucho de lo que allí se narra sí que tiene sólida base real.

Cuando te ríes leyendo esta novela, me dice un amigo, no es por la burda copia malograda de otra novela, sino por la genuina descripción de una realidad, percibida por un punto de vista objetivo e imparcial, pero también bien planificada y estructurada sobre unas vivencias inequívocas.


Fernando Gracia Ortuño

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