Fernando Gracia Ortuño

Noticias, eventos y curiosidades en torno a la novela de Fernando Gracia Ortuño

miércoles, 4 de septiembre de 2013

En los ensayos de escritura de la novela

Son pequeñas anécdotas que pertenecen al making off de la novela, pero una vez, recuerdo, estando almorzando casi todos los personajes, el protagonista llamó la atención a Víctor, uno de sus más férreos rivales en la escena de los ensayos de escritura, y le espetó que no comiera tan rápido. Que si seguía así al final se quedaría con el sobrenombre que todo el mundo le asignaba dentro de la novela.
 
Víctor se incomodó un poco, y le preguntó qué tenía que ver la velocidad con el tocino, a lo que todos estallaron de la risa. Pero él, lejos de amilanarse, porque todo el mundo pensó automáticamente en el mote de "zampabollos" que le asignaban en los talleres, le instó a continuar con su explicación, como a la expectativa de su ridículo. A lo que Curro repitió que si comía tan rápido, cada vez se pondría más gordo, pero el otro no lo entendía, así que se lo explicó:
 
-¿No ves que si sigues comiendo compulsivamente, tu estómago, antes de estar satisfecho no puede enviar la señal al cerebro y come y come sin parar hasta reventar, y es por eso que no asimila que ya no tiene hambre, pues no lo dejas reposar, ni le das tiempo?
 
Era la típica norma de nutrición que siempre dicen los dietistas. Pero el interesado no lo comprendía, pues al instante le rebatió mascullando, todavía con la comida en la boca y masticando compulsivamente:
 
-¿Pero, Curro, johé, peazo alcornoque, si no como ahora, cómo voy a quitarme el hambre, johé...!
 
En ese preciso momento todos estallaron nuevamente a reír como locos, y Curro, mientras tanto, se echaba las manos a la cabeza, sonriendo como un pillo algunas veces, y riendo otras a las claras, cuando Víctor no lo miraba.
 
 
Fernando Gracia Ortuño
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