Fernando Gracia Ortuño

Noticias, eventos y curiosidades en torno a la novela de Fernando Gracia Ortuño

miércoles, 25 de septiembre de 2013

De recortes y locuras



Llevaba demasiado tiempo en tensión. El sistema de recortes "muerte lenta" le estaba crispando los nervios desde hace mucho tiempo ya, entre sus propios compañeros se había establecido una especie de competición por exclusión consistente en adivinar el fallo del prójimo para inmediatamente ventilarlo a los cuatro vientos, y sobre todo a los superiores, a fin de anotarse un punto en el expediente a costa de una víctima más, -¡pero qué más daba!, lo importante era sobrevivir, como en el Titánic, sálvese quién pueda y maricón el último-, y aquél insignificante hecho fue la gota que colmó en vaso: ¡Un grumo en la crema de calabaza!!! Un grumo en la puñetera crema lo dio todo al traste en el momento exacto en que comenzó a gritar de aquella manera inhumana, desaforada, que había un grumo en la crema, que habían cometido un atentado contra las normas básica de higiene alimentaria y que aquéllo no podía quedar así. Inmediatamente se formó un consejo de guerra, y vinieron todos los superiores en formación militar: ¡Preguntas, gritos, el ambiente se volvió de pronto enloquecedor, y los propios médicos, los cirujanos y los auxiliares, los enfermeros y los celadores detuvieron ipso facto su actividad. En la mente de todos un sólo pensamiento: Alguien o algunos, más bien, se habían vuelto locos de remate en las cocinas centrales. Enseguida unos auxiliares de psiquiatría, conjuntamente con personal de seguridad y unos celadores de gimnasio bajaron precipitadamente por las escaleras hasta los sótanos. Llevaban consigo, como no, una ristra de camisas de fuerza para casos de emergencia. Pero cuando llegaron al lugar de los gritos tan inhumanos y locos, la dietista "Barrilete" acometió contra ellos de la manera más furibunda. Parecía "el Toro de la Vega" enfurecido. ¡Y sus gritos, sus gritos, amigos míos, causaban un espanto tan enervante y agudo que calaba los huesos al que los oía,  haciendo que incluso a  más de un celador le diera por poner pies en polvorosa...

Fernando Gracia Ortuño
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2 comentarios:

  1. Y todo se detuvo, el blog quedó baldío...
    Deberías relanzarlo.
    Un abrazo.
    HD

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  2. No, voy a continuar publicando en él, Humberto. Gracias por tu interés, un abrazo

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