Si eres un tiquismiquis, como diría el protagonista de Un detective en la cocina, cuyo nombre no voy a revelar ahora, nunca podrás leer esta novela, negra como la noche, porque habla como la gente del hampa y de la calle, te parecerá demasiado vulgar su jerga, y hasta despiadada, ofensiva. Comprate otra, de verdad te lo digo.
Pero si te gusta la novela negra de toda la vida, no lo hagas, es igual, léela, haz lo que quieras...
Fernando Gracia Ortuño
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